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No one here
“White Nights”, Paul Auster

I

Terminará el Siete Jaguar
cuando la Cruz al monte suba
entre adormilados rezos, y flores de pluma
Real de Catorce luna, mujer que nació sola
Guerrera, mujer ocelote, ojos de hoja de uva
Diosa divina, Sabina, mujer madre me haces girar
Mujer estrella de dios

Siete Mazatl, venado hijo, Ehécatl, padre viento
Alumbrados y paridos por mi madre que llora y chifla
Por mi hermana María, reina Axolotl, princesa Tototl, pájara
Águila verde dibujada en el maizalito, rosas rosas, poderoso Mezcalito
Ramillete con alas, Cruz venerada en Tres Meztli mayo, albañila sagrada, constructora
Salamandras ardientes estirando el vientre entre negras cuchillas, que son rocas, rocas calientes

A flor de corazón te hallo
Yollotli Soy: la que mira hacia adentro
Soy la que por fin vuela encima del gajo del cactus
Soy la nacida y parida en charco blanco y la que alumbra
en ollas azules de nubes ¡llévame al cauce donde muere y nace el río!
Yolloxóchitl, quien te quita el frío, mujer que quita la crueldad en el encuentro
Mariposa amarilla soy: Cuappachpapalotl abrazada contigo al grano del cacao
La mujer que examina, y acecha debajo del agua, ¡madrépora en Dualidad,
llena estás de levedad!

II

En el principio, fue el Ocho Tochtli
No hubo nadie aquí, y creó mi diosa el verano
y prendió sus ocho lánguidas ceras en Cruz de Tepetl
Cruz de noches blancas y conejas despertando en las tinieblas
y brotaron los peyotitos en flor de rosa, acariciados por húmeda Malinalli
y bebimos la sed y aprendimos del agua y la agonía, a través del éxtasis del mediodía
y llegó la libertad y a pedazos de corazón, nos cayó, de un golpe
la razón, y en la abierta tierra de leve surco, de flor y canto: la poesía

Ocho Peyotl, Wirikuta
rumbo al lugar sagrado, Veo al Venadito Sol
de chaquiras de Huichol, Hikuritamete caminando en peregrinación
Mis padres adelante, mis abuelos van después, todos caminando juntos
Olvidamos ya el dolor, la biorritmia del universo enredándonos en color
Se nos quita el hambre, no tenemos sed, Vemos la constelación de los fieles difuntos
Ave, mi suave María, mujer, eres tú la medicina, te chupo y te respiro, me adormezco
y me encamino

III

Maicito seco eres, eres mi ausencia
Lenguaje Quebrado, pies descalzos en árida Tlalli Mantli
Aerolito de la madre tierra, eres el que vuela sin volar, quien se ahonda
y florece en mi flor de mirto, lucerito sin arrullo, tierno amor Huitzitzilin, mi tarde
y mañana en el Día Segundo

Inclinadas navajitas
de ilógica verdad, en suave llovizna cayeron
y apacible llegó el Nueve Atl, y el espíritu de dios
se llenó del aguamiel de morada tuna, y en la embriaguez del Tlaloc
fueron los peces ciegos de cueva, y las lagartijas también, y los ajolotes
anegados de dulce agua salada, y en la tierra se formaron tus pies, y los míos
Mas tus pies están allá, en el cerro, con los acachapulines
Y los míos acá, enraizándose a flor de piel a la Tatei Hikuri, en ¡Mi Ciudad, Imperio Tenochca!

Imagen tomada de Arqueología Mexicana

Maricruz Huerta (Ciudad de México, México, 1970). Maestra en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. Estudió Artes Visuales en la Academia de San Carlos y una maestría en Filosofía en California State University, L.A. La mayor parte de su actividad creativa ha estado dedicada a la pintura y a las artes visuales en general. Sus intereses se centran principalmente en los lenguajes visual, escrito y oral, la naturaleza, concretamente los ríos, la filosofía del lenguaje, la estética y la filosofía nietzscheana. Ha publicado ilustraciones y textos filosóficos en la revista Philosophy in Action de la CSULA y en la Gaceta de la UNAM. Forma parte del colectivo de poetas dirigido por Juan Carlos Martinez Parra.
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