«Dos hechos que ocurren juntos quedarán asociados
tras sucesivos emparejamientos».

Principio de contigüidad

He decidido llamar al banco
Cinthia está del otro lado
ofreciéndome una solución
al campaneo de las notificaciones intermitentes


Señorita, por favor, espere en la línea

Como si supiera lo que sucede
Cinthia recoge su voz de androide burocrática
y me consuela


Algunas veces, estas cosas pasan

No he podido desdecir a Cinthia
No he logrado explicar
que tú te vas colando en cada resquicio: mi fruta
pudriéndose al fondo, las flores
decapitadas,
la esperanza de vida
de las burbujas

Tampoco he logrado confesarle
que debe ser un bug informático
Que un día tú iniciaste sesión en mi teléfono
y que aunque el tiempo ya ha deslavado
tu huella dactilar
un robot cursi que pretende no tener compasión
hace que reciba vibraciones en las manos
cada tarde que caminas a la esquina
y te apresuras a pagar unos Lucky Strike rojos
                                          —o quizá sean Prudence


Señorita, ¿sigo con usted?

Es Cinthia siendo testigo
del tintineo de títere en la tibia de mi tictac
y mis glándulas salivales
una por una
excitándose en el algoritmo de tu recuerdo
Aquí estás tú
parpadeo fantasmal cuya gota

                                    cae

en la arista de mi pantalla

Tu cuerpo ya no me alcanza
y soy la perra de Pavlov.

Imagen tomada de Pixabay

Coraima Gil (Culiacán, Sinaloa, México, 1999). Es egresada de Sociología por la UNAM. Es artista visual, escribe poesía y ensayo. Fue becaria de Jóvenes Creadores FONCA 2019-2020 y del PECDA Sinaloa 2020-2021. Ha tomado talleres con Mijaíl Lamas, Elisa Díaz Castelo, Laura Sofía Rivero y Luigi Amara. Sus intereses son las artes visuales, el psicoanálisis y la sociología del riesgo. Ha publicado en Círculo de Poesía.          
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Escrito por:paginasalmon

Un comentario en “BBVA | Por Coraima Gil

  1. la ley de contigüidad solo se cumple si se produce contingencia (Rescorla 1968), es decir, para que un animal asocie dos estímulos no basta con que estos aparezcan juntos varias veces, sino que es necesario que la aparición de uno dependa de la presencia del otro, es decir que sea contingente (Ley de la contingencia). Por ejemplo, no basta con que el sonido se presente solo antes del premio, sino que también no se presente el sonido en ausencia del premio. Para poder hablar de contingencia entre dos estímulos A y B, no basta que la presencia de A vaya seguida de B (que sería contigüidad) sino que también la ausencia de A implique ausencia de B.

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