Para mi tía Güera.
Como el vacío,
si se concentra,
si la nada se suma,
si se recoge en sí misma
y se vuelve capaz de devorar
los cuerpos,
las sombras de los cuerpos,
las voces de los cuerpos
⸺humanos y celestes⸺
y la luz
del sol, de las estrellas.
Así un hueco palpita
devorándolo todo,
en el sitio preciso que dejaste.
Te miré a contraluz
y de repente,
sola como una huella,
tu voz,
de tan inmensa,
asida a la pared de la cocina,
escapó del vacío.
Busco en la tierra un rastro,
cualquier leve gesto,
pero sólo tu voz,
de tan robusta,
por encima del polvo que te cubre,
del que eres,
mana como si un árbol
invisible a los ojos
⸺a la luz⸺
naciera de repente,
como el canto,
que brota
de un lugar impreciso,
de un lugar innombrable
que parece un vacío.
Ilustración «Distance» de Colleen Tighe
