I. La tarde que me dejaste plantada estaba lloviendo, y en el Helénico no hay mucho espacio para resguardarse mientras esperas la función. Pensé que quizá debería entrar a la librería que está ahí, pero, a decir verdad, estoy harta de las miradas inquisitivas, de la gente de seguridad siguiéndome y de las revisiones “aleatorias”…
Leer Más
