Fotografía de Manuel Alejandro
I
Fotos rotas previstas,
linajes subversivos,
agresivos, sin ladridos, cual perros.
Cómo se descubren los pasos que se siguen
a donde, según dicen, llama el destino;
a donde conduce la memoria imborrable
que nos socava y condiciona la locura;
sin perder de vista
la voluntad de descarriarse,
sin llevar el alma de forajido.
II
De todos los caminos
que llevan a este anfiteatro,
uno conduce por donde se reniega la tristeza,
que condena celdas
en sus interrogantes enredaderas.
No importe de dónde viene la morgue
para romper paradigmas de sitios túrbidos,
falsos remolinos,
hogueras vanas;
donde mana la metamorfosis
o nacen fantasmas
que se hunden en el lodo sin zapatos
y arrastran, como troncos huecos,
un frío húmedo con el que nace
el musgo espeso de esta mentira:
que no ha de ser mía, tampoco tuya.
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