Génesis
y no estás en mis arterias
ni en los pequeños pliegues de la costumbre
Para encontrarte vacié mi cuerpo
y no estás en mis arterias
ni en los pequeños pliegues de la costumbre
entre mis muslos se escurre la savia de mi nacimiento
esa huella húmeda de tu memoria
Dónde está la persistencia de tu lengua
esa sustancia que debiste darme
tus labios debían ser medida de mi cuerpo
y no ausencia constante entre mis manos
no esta infancia disgregada
desde la última orilla de mi herencia
hasta el primer gesto que me arrebataste
Entiendo que estás justo
donde te confundo con cualquiera
porque te apropiaste de mi nombre
y no me diste más lenguaje
que tus vicios que anidan
el resabio tibio de la muerte
Intenté desandar las esquinas de mis huesos
pero es enorme el vacío para reinventarme
porque nunca me diste una palabra
un ahogo un manantial
algo propio para aniquilarlo
Te has ido desdoblando sobre ti mismo
para perderme
para nunca decirme que terminas aquí
donde lo único que me pertenece
son mis recuerdos
Peinado
Sé que no preciso otro peinado
aunque este
enredo de palabrería pegado a la cabeza
te ofenda
mis ideas jamás tomaron forma de cabello
se rehusaron a ser
lo que a golpe de cepillo me obligaste a repetir
una telaraña que cubra la cabeza
un adorno dispuesto para ocultar tu desagrado
Callaste que me crecerían las voces
jamás dijiste que no se alisan los deseos
y tuvimos que vivir huyendo de nosotras
punza tu vientre mi lengua despeinada
por eso se abismaron tus ojos
cuando quise tocarte
y me tragué la serpentina de llanto
que engendró mi garganta
Crece aún el caracol que dejaste en mi memoria
escurre sobre mi cuerpo tu baba como una pesadilla
yo
sigo evadiendo los espejos donde se inflama
el nido de serpientes de mi pelo
todavía está presente tu deformidad
en el tiempo que se mutiló en tus manos
lavándome el cabello
soy esa maraña de silencios que repite tu lenguaje
sobre este peinado que mantengo
Reinvento
Quise alguna vez
que me crecieras dentro
me abarcaras
como cicatriz tensaras mi semilla
pero mis ojos no pudieron alterar tu reflejo
tanto quise
que tuve que amasar las noches para inventarte
Las palabras de los hombres te poseían
quise llenarme la lengua
saborear el privilegio de tocarte
ciega de deseo
pero me dejabas hacerlo a trozos
bajo un secreto muy rosa
por mi silencio un regalo
una muñeca un escondite
piedras de lágrimas para ahogarme
Tanto te seguí
pero no es a ti a quien debía perseguir mi anhelo
entonces medí bien el tamaño de mi cama
y escuché estas voces en mi vientre que protestan
no te pertenezco
no arrastrarás mis manos al filo del ahogo
ni tendré que callar en mi recuerdo
tus gemidos
pero basta mi voz
mis palabras mis sentidos
para fecundarme para inventarme otro cuerpo
otra forma de saciarme
bajo los cristales de un mundo propio
Fotografía de Francesca Woodman