Quemado a rayos sigo siendo árbol,
a los ángeles y santos ahuyento
con mi perfume de cedro mojado.

Recubren mi corteza
serpientes, arañas,
gotas de fuego y manchas de tierra.

Persisten en mis ramas
flores rojas, rasgaduras de infierno,
espinas violáceas.
Sobre mis hojas la luna reposa,
los cuervos descansan.
El silencio me grita cuando el viento llora;
la soledad tritura mis raíces,
pero el agua me salva.

Soy un triste mezquite encerrado

en la nada.

Fotografía de Vía Orgánica

Alexandra Ocadiz (Estado de México, México, 1998). Estudiante de la licenciatura en Derecho. Estudia en la Universidad Autónoma Metropolitana, misma en la que ha participado en Galerías de Arte con obra plástica. Le interesan la pintura, la literatura, la música y las leyes. Ha participado en las antologías literarias: Suicidio, Poeamarte a la muerte y Ratas, de la editorial independiente La Sangre de las Musas y Como hermanos de la editorial Afrodita en Argentina. Algunos de sus textos se encuentran en Revista Gato Madre, Aleteo Poético y Axolotl Magazine.
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Escrito por:paginasalmon

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