May I go to the bathroom, miss?
Este sitio huele a lo tierno
de una infancia pequeña,
breve como la lluvia de agujas
sobre el patio escolar
de blancos mosaicos paredes
y una lámpara de cristal [cortado
como el trémulo llanto de niña
que llora bajito, insospechado
/escondida en el baño
mejor amiga de la orina
guarecida en su intimidad,
libre de la carga de ser ella misma/
las humedades descarapelan el techo, las
voces, infancias juegan afuera, afuera
donde el frenesí de verano
arrecia el ímpetu del llanto
no alcanzan los ojos
para verse completa al espejo,
niña huidiza del miedo
siempre este sitio será su remanso.
Mastopexia
Rajar la carne,
extirpar la materia (no)útil,
cercenarse a una misma.
Devuelve una imagen ingrata el espejo tajada, dos cicatrices debajo de los senos,
gusanos blancos verticales
rajar el amor
sin consciencia.
Lo que guarda este pecho
siempre quiso estar libre,
pero mereció ocultamiento.
Se me ha hecho crónica la
intención de buscar de
soslayo una abertura,
descubrir que en todo
siempre hay algo sobrado.
La mujer que encontró la iluminación sentada en su sala
Estoy aquí mirando esta pieza,
luminiscencia del nacimiento
de una fuente extraña
para los muros y las ventanas.
Quedo tonta ante la belleza del presente:
las cosas descansando en su sitio
sin la expectativa de ser nada,
siendo lo que son sin estar resignadas.
La blandura de nuestras formas
vegetando en el espacio, absoluto eco
y las vidas de nuestras plantas,
de estas dos perras.
En el ojo pleno
esta casa clara me absorbe
como el más místico oráculo
/siento/ estoy viva/
comprendo.
Imagen: Summer Storm de Melissa McKinnon