Terminaría con su vida, estaba seguro. Reinaba el bien común. Sin propiedad, gobiernos, ni nada.

Lucy se encargaba de todo: la vivienda, el medio ambiente, la reproducción, empleos, recreo y la muerte.

Lucy era el resultado de la Guerra Final: un robot-computadora central conectado a la población mundial. Fidel, un enchufador profesional, con esposa e hijos, decía bienvenido a la libertad, sus derechos son etc. cada que Lucía a alguien.

Fidel se mataría. Estaba decidido. Sus dos hijos lo soñaron la noche anterior.

La Guerra Final había sido ganada por los buenos que leyeron la historia de los malos, por eso la llamaban así: confiaban en que de verdad sería la Última. Fidel pensaba idéntico. Estaban por celebrarse treintaitrés años desde la lucha armada, primero eliminaron las enfermedades, los Estados, luego el calendario, el comercio, la moneda, etc. Fidel no peleó en la Guerra Final (o se conocía a algún combatiente con vida). 

Quedaron genes, virus para transmitirlos, estaciones, continentes, una comunidad universal de comunas, Lucy, los desarrolladores del sistema operativo aislados del resto del mundo y muy poca gente a cargo de la producción mundial (los que a Lucy considerase aptos, como a Fidel). Esa clase productora mantenía y desdeñaba a la otra mitad de la población (clones proscritos en zonas radiactivas que vivían de contrabandear los genes que Lucy administraba para mejorarles).

Pero con Lucy y su farmacogenómica las comunas lograban el orden social ya fuera leyendo, bailando, en drogas o bajo las condiciones que uno decidiera.

La Libertad.

Sencillo: un chip adherido al sistema nervioso y Lucy llegaba a tu conciencia, la mejoraba, se volvía ella, Lucía. Un robot hecho de robots hechos de robots de robots… Y financiando con horas de trabajo (esclavitud para mutantes o para los que Lucy no admitiera en oficios lícitos) se conseguían virus inocuos para evitar el cáncer, la diabetes, etc.

Lucy era un derecho obligatorio de nacimiento. La domesticación de la conciencia. El ejercicio del progreso y el futuro que la ciencia pronosticara.

El robot computadora actuaba químicamente sobre uno y las preferencias lo iban configurando hasta no existir diferencia entre conciencia o Lucy.

Lucías.

(Por supuesto que habían rebeldes sin Lucy, mártires haciendo guerra de guerrillas en suelos infértiles y respirando gases tóxicos, aunque se les considerara más bien una leyenda o demagogia).

La historia de la Guerra Final contaba que los revolucionarios fueron científicos que murieron creando a Lucy. Ella/la humanidad hizo el resto.

Fidel apagó su chip un día de descanso. Su esposa, a diferencia de los niños, había tenido una pesadilla para preparar las exequias, el jardín, etc.

Fuegos fatuos. La familia, amistades y Lucy estuvieron ahí.

Humanos, demasiado humanos.

Imagen de psion005

Escrito por:paginasalmon

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