Ante la premisa Nomen Est Omen (cada nombre es un personaje), se sobreentiende que cada palabra tiene la posibilidad de un doble horizonte: ser –al unísono– biografía y premonición; los límites del mundo Wittgensteiniano del cual, por más que lo intente, no puede dejar de cargar a sus espadas el significado. No obstante, si en el cine…
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