Interpretación del arte contemporáneo
Una de las lecciones que me deja mi experiencia con el arte de nuestros días es que todo es válido, siempre y cuando lo insertes en el contexto adecuado y lo veas con los ojos que te pide cada obra. Hay una exigencia intrínseca para el “asistente” en la que se le solicita la activación de su capacidad interpretativa desde distintos ángulos y distintas plataformas: esto hace que parezca caótico y arbitrario, pero si atendemos a cada artista y su obra, podemos ver su producción como un lenguaje privado con un sistema propio, cuya convención está determinada según aquellos a los que apele el creador.
El arte contemporáneo es una utopía caótica que abarca muchos sistemas simultáneamente: es el multiverso del arte.
13 de mayo del 2017, 19:30, Laboratorio de Arte Alameda, Ciudad de México
18:40. Ya había gente formada para pasar a la inauguración, también había personas alrededor de la strandbeest que estaba afuera del museo.
19:00. Una ola de viento desplazó un tramo al animaris exhibido en la entrada: los policías se desconcertaron; la gente se emocionó al verlo despertar.
19:35. Theo, junto con directivos del LAA y Telefónica Movistar, dio unas palabras de inauguración: el artista habló del interés del público mexicano por ver esta exposición. Para esta hora había más de doscientas personas formadas.
19:40. Theo Jansen, ilusionado como en Día de Reyes, dio un paseo por la Alameda, acompañando a uno de sus animaris.
20:00. Se abrieron las puertas al público y lo fueron distribuyendo para un mejor desplazamiento en las salas, ya que el museo es pequeño.
20:00- 22:00. De principio a fin, hubo un acceso constante.
Animaris en el LAA
Merece una celebración la disposición de las obras en el LAA, ya que supieron cómo aprovechar el espacio para esta muestra, que bien podría estar en un museo de historia natural. Desde el acceso nos encontramos con las asombrosas criaturas, cuya ficha técnica, además de darnos su nombre, muestra la particularidad de cada una de éstas o, mejor dicho, de éstos, ya que el artista, una vez que ha terminado su proceso vital, los reconoce como fósiles. Además de los animaris, se puede ver su genealogía, los criterios de periodización de su evolución y distintos mecanismos con los que funcionan. Igualmente hay un video en el que Theo habla sobre sus creaciones.
Animaris
Los animaris o strandbeest son seres maravillosos, cuya configuración parte de la armonía entre las ciencias y el arte, con una independencia tal que les permite desplazarse libres, aunque limitados por causas naturales, en las playas, y, en esta ocasión, en el Laboratorio de Arte Alameda (a mediodía y a las dos de la tarde). Al igual que otros seres vivos, tienen un lapso de vida, así que no debe sorprender que en el museo, aparte de encontrar a este juguetón ser andando sobre las duelas, también hallemos fósiles o restos de otros strandbeest.
Las disciplinas de Theo
Theo decidió en los años 90 llevar su interés por la evolución y la selección natural a otro campo, el del arte. Esto le ha permitido una libertad creativa y experimental solamente limitada por los principios de la física. Este tipo de transversalidades disciplinarias ayuda a zanjar el problema de la experimentación con la vida y las cuestiones éticas, ya que si bien modifica sus criaturas para dotarlas de mejor desplazamiento, no hay una intervención o consecuencia en su vida, pues ésta acaba una vez que los animaris vuelven al taller de Theo.
¿A qué categoría respondería la obra de Theo Jansen?
Al buscar su obra en Internet, la encontramos encajonada en la categoría de escultura cinética, que básicamente es aquella que necesita desplazarse para estar completa como obra de arte. Si bien coincido con esta descripción, lo hago sólo parcialmente, pues me parece que las strandbeest son más que esculturas con la facultad de desplazamiento, sobre todo por su mismo origen, proceso creativo y desarrollo de técnicas en su elaboración: lo que se manifiesta no es sólo esa capacidad de movimiento, sino una percepción de la vida, de su origen y de su creación.
La propuesta de Theo Jansen va más allá de:
- Esculturas cinéticas, pues la disposición de las obras, así como la explicación de las mismas, nos hace pensar que el artista más que crear una escultura está creando vida, en la cual él mismo crea el propio concepto de lo que es un ser vivo, pues los animaris, si bien aún no han alcanzado una independencia en su andar, cada vez se acercan más a una organicidad armoniosa que les puede dotar de autonomía. Esto me hace pensar que lo que está haciendo Theo es bioarte y no sólo escultura.
- Si seguimos la línea de la reflexión anterior y concordamos con que las strandbeest son un tipo de bioarte, conviene detenerse a pensar en el aspecto ético que plantea su obra. Theo manipula, sin dañar, el desarrollo y la evolución de las bestias de mar, es decir, Theo trabaja con vida, pero busca la manera de hacerlo sin perjudicarla: sus criaturas están diseñadas en todo su ser por él, la misma vida que tienen es ya una creación conceptual de Theo y por lo tanto escapan a los criterios éticos de la manipulación de la vida en el arte, aunque, paradójicamente, ponen el dedo en el renglón de ese mismo problema. Es un arte que discute sobre la creación de la vida sin alterarla directamente.
Valoración de “Asombrosas criaturas”
En su andar, los animaris reflejan la concepción armónica de la vida que tiene el artista: pareciera que con cada deslizamiento van acariciando su existencia, un ejercicio digno de admiración y, ¿por qué no?, también de réplica.
Imagen tomada de Harmonía