El último poema

Así quisiera mi último poema

que fuera tierno diciendo las cosas más sencillas y menos intencionales
que fuera ardiente como un sollozo sin lágrimas
que tuviese la belleza de las flores casi sin perfume
la pureza de la llama en que se consumen los diamantes más límpidos
la pasión de los suicidas que se matan sin explicación alguna.

O último poema

Assim eu quereria o meu último poema

que fosse terno dizendo as coisas mais simples e menos intencionais
que fosse ardente como um soluço sem lágrimas
que tivesse a beleza das flores quase sem perfume
a pureza da chama em que se consomem os diamantes mais límpidos
a paixão dos suicidas que se matam sem explicação.

Muerte absoluta

Morir.
Morir completamente en cuerpo y alma.

Morir y no dejar los rastros de la carne,
la exangüe máscara de cera,
en medio de las flores que algún día
se pudrirán felices,
bañada en lágrimas,
que nacen del espanto de la muerte
y no de la tristeza.

Morir y no dejar un alma errante…
¿Camino al cielo?
¿Mas que cielo satisfará tu sueño de cielo?

Morir y no dejar un surco, un trazo,
ni siquiera una sombra o su recuerdo
en ningún corazón, en ningún pensamiento,
en ninguna epidermis.

Morir completamente, de tal modo
que un día al leer tu nombre en un papel
la gente pregunte: “¿Quién fue?”
Morir aún más completamente
y no dejar la huella de tu nombre.

A morte absoluta

Morrer.
Morrer de corpo e de alma.
Completamente.

Morrer sem deixar o triste despojo da carne,
a exangue máscara de cera,
cercada de flores,
que apodrecerão —felizes!— num dia,
banhada de lágrimas
nascidas menos da saudade do que do espanto da norte.

Morrer sem deizar porventura uma alma errante…
A camino do céu?
Mas que céu pode satisfacer teu sonho de céu?

Morrer sem deixar um sulco, um risco, uma sombra,
a lembrança de uma sombra
em nenhum coração, em nenhum pensamento,
em nenhuma epiderme.

Morrer tão completamente
que um dia ao lerem o teu nome num papel
Perguntem: “Quem foi?…”
Morrer mais completamente ainda,
—Sem deixar sequer ese nome.

Entrevista

Vida que muere y que persiste
varia, absurda, sórdida, ávida,
¡mala!

Si me preguntara cualquier
reportero:
“¿Qué es lo más bello
en el mundo ingrato?”
No lo dudo;
respondería:
“Lo más bello
no sé decirlo. Pero lo más triste,
—lo más triste es una mujer
encinta. Cualquier mujer encinta”.

Entrevista

Vida que morre e que subsiste
vária, absurda, sórdida, ávida,
má!

Se me indagar um qualquer
repórter:
“Que há de mais bonito
no ingrato mundo?”
Não hesito;
responderei:
“De mais bonito
não sei dizer. Mas de mais triste,
—De mais triste é uma mulher
grávida. Qualquer mulher grávida”.

El beso

Cuando ella le ofreció los labios
(volvió la edad de la inocencia,
ya no había en el árbol manzanas envenenadas),
por primera vez, él sintió que la vida era un fácil don
de posibilidades infinitas.

¡Pobre de él!
Todo fue ilusión pura de aquel beso.
Todo volvió a ser cautiverio, inquietud, perplejidad:

—En el mundo sólo aquel beso era verdaderamente libre.

O beijo

Quando a moça lhe estendeu a boca
(a idade da inocência tinha voltado,
já não havia na árvore maçãs envenenadas),
ele sentiu, pela primeira vez, que a vida era um dom fácil
de insuputáveis possibilidades.

Ai dele!
Tudo fora pura ilusão daquele beijo.
Tudo tornou a ser cativeiro, inquietação, perplexidade:

—No mundo só havia de verdadeiramente livre aquele beijo.

Imagen tomada de Wikimedia

Escrito por:paginasalmon

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