Teníamos miedo a la Gran Manzana
atravesada por gusanos devoradores
capaces de pudrirte el alma.

Temíamos los dientes de hiena
que, a mordiscos insistentes, te desgarraban
sin importarles tu dolor y tu pena.

Temíamos que nadie comprendiera
que surgió de imprevisto,
aunque ninguno de los dos lo quisiera.

Temíamos al fuego de sus lenguas
–de serpientes sibilinas–
y a la ira de sus ojos, desatada y sin tregua.

Huimos a través de la niebla, con pasos indecisos,
sin saber a dónde ni hasta cuándo.
Y dicen que ellos nos echaron del Paraíso.

Imagen tomada de Pinterest

Escrito por:paginasalmon

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s