Traducción de María José Jean Juárez
Había una vez un monje que vio el reflejo de la luna en un estanque y, tratando de alcanzarla, saltó al agua. El estanque estaba situado a la orilla de un pequeño bosque. El templo estaba al otro extremo del mismo bosque. Un pequeño sendero conducía desde el templo, a través del bosque, hasta el estanque. Este sendero era raramente usado. El monje se presentaba todas las mañanas a las 5:00 a.m., limpiaba las habitaciones del templo, estudiaba los textos sagrados y pasaba sus tardes arreglando el jardín. Ahí plantaba vegetales y granos, los cuales sustentaban su alimentación. Por las noches, continuaba sus estudios de los textos sagrados. Algunas veces, cuando se quedaba despierto hasta tarde, se quedaba dormido, sentado frente a su escritorio.
La luna estaba llena. El monje se quedó dormido leyendo un libro de oraciones. Dormido profundamente, caminó a través del bosque hacia el estanque.
El monje camina sobre el borde del estanque y ve el reflejo de la luna en él.Lo ve con sus ojos cerrados, porque él está dormido.
Verlo no hace que él se despierte.
Despertarse no lo ayudaría a él a ver.
Él salta hacia el agua.
¿Y?
Él se ahoga.
Él bebe.
Él bebe del agua. Él bebe la luna.
Él quería alcanzar la luna. Pero ahora él
se la ha tomado.
Y ahora él se ahoga.
¿Quién eres tú?
Me gusta leer, y me gusta salir a caminar por las noches
cuando no puedo dormir. Siempre veo exactamente
aquello que he leído.
Tú ves en el agua lo que has leído.
Lo ves en el cielo.
El monje no solo salta en el agua directamente.
Él mira de izquierda a derecha.
Él mira hacia arriba y se da cuenta de que no hay luna en el cielo.
¿Disculpa?
La luna como tal no existe. Solo hay
su reflejo en el agua.
Tal vez solo no puedes verla.
Verla no significa mucho.
Tal vez la luna solo está faltando hoy.
Nunca ha estado ahí.
¿Entonces por qué el monje ve su reflejo
en el agua?
El reflejo es de ayer.
O la luna es de ayer.
No puedes ver la luna de ayer.
La luna que nadie ve pertenece al ayer.
Está en un tiempo erróneo.
No puedes hacer nada más que ver erróneamente
aquello que está en el tiempo erróneo.
El monje ve con la mirada errónea.
No, la luna solo aparece en el momento erróneo.
Incluso una luna correcta puede ser errónea
en el momento erróneo.
La luna que nadie ve es una luna errónea.
Algo que nadie ve no puede ser erróneo.
El monje ni siquiera se da cuenta de que está viendo
a la luna equivocada.
La luna ni siquiera sabe que está siendo vista
como una luna errónea.
Solo es un reflejo.
Un reflejo nunca está mal.
No es un reflejo, es una luna de agua.
El monje ve una luna hecha de agua.
Esta luna es fluida. No es superficial.
Solo es superficial cuando es vista.
Deja de ser superficial cuando la tocan.
La mano que la ha tocado está mojada.
Un día después, el periódico anunció el suicidio del monje. Muchos en el pueblo estaban sorprendidos, pues era inusual que un monje muriera de esa forma. Justo ahora se dieron cuenta de lo poco que sabían de la vida del monje. Muy rara vez lo habían visto. Cuando hablaban con él, él hablaba únicamente de la muerte. Pero eso era solo por su trabajo. Nunca se les ocurrió que, algún día, el monje también moriría. Algunos dijeron que tal vez, el monje se tropezó dentro del estanque y después se ahogó. Otros dijeron que eso era imposible, pues él era un excelente nadador. Cuando el monje era niño, le gustaba nadar en el estanque al igual que a los demás infantes del pueblo. Después de volverse monje, se mantuvo fuera del agua, por lo que regresó a venerarla.
El monje salta hacia el líquido, para venerar al líquido.Él no se ahoga. Él se aferra a la luna de agua.
Sus manos están mojadas.
Para una mirada que se disuelve, no hay nada más sólido que
el agua. Para el agua, no hay nada más sólido que
la mirada humana.
El monje se asoma al agua con los ojos cerrados.
No nada. Se sienta sobre el agua.
Se recuesta en el agua. Él no sabe dónde está el cielo,
dónde está la Tierra.
Aquel que puede olvidar el cielo no se ahoga.
Quién eres tú.
Yo hablo mucho y escribo muy poco.
Aquel que se sienta cerca del agua habla mucho.
El agua resiste todas las conversaciones.
Aquel que se recuesta en el agua ha dejado de hablar.
¿Quién eres tú?
Yo nado muy seguido y hablo en pocas ocasiones.
Una chica del pueblo caminó hacia el estanque. Su madre le dijo que el monje había muerto ahí. Fue durante una tarde tranquila. El cielo se volvió más y más oscuro; el aire, más frío. Después, el viento sopló y agitó la superficie del agua. La chica escuchó un ruido que venía debajo del agua.
¿Qué escuchas ahora?Escucho sonidos de agua.
Todos los sonidos que vienen del agua emiten un tipo de luz.
¡Que se haga la luz! Y se hizo el sonido.
Es brillante.
¿Puedes ver más ahora?
No, hay mucho ruido aquí. Es por eso que apenas puedes ver.
Durante el sueño, uno solo ve escuchando.
¿Qué ves ahora?
Escucho sonidos de agua.
En el paisaje nocturno, el monje se lava las manos.
Porque sus manos están muy limpias. Él enjuaga
su limpieza.
Él lava sus manos con el viento.
Y el viento tiene la forma de una ola.
La ola alcanza al monje, y él está mojado.
El monje no se desnuda.
Nunca se muestra desnudo.
En su túnica, él se sienta en el agua.
Las orillas de su túnica se vuelven olas.
Un artículo en el periódico decía que el monje fue encontrado muerto. El cuerpo estaba flotando en el agua cuando un pescador fue al estanque a capturar insectos.
El monje nunca se desnuda.Él nunca se separa de su túnica.
Él solo se separa de su libro de oraciones.
Él lanza el libro al estanque.
Y se hunde en el agua.
El agua está fría.
Pero el libro no se ahoga. Los textos pueden respirar
sin aire.
El libro permanece bajo el agua.
El monje ya no tiene nada para leer. Ahora tiene tiempo
para ahogarse.
Cualquiera puede nadar. Pero solo aquel que sabe que
el agua no tiene forma puede ahogarse. Solo aquel que sabe
que su cuerpo no tiene forma puede ahogarse.
Solo aquel que lee puede ahogarse. Que el agua y el cuerpo
sean amorfas puede encontrarse solo en el libro.
El libro permanece en el agua.
Brilla a la par que el cielo oscurece.
Desde fuera del agua, el libro no puede leerse.
El monje salta hacia el agua para leer el libro.
Y se ahoga.
Él se ahoga bajo el agua y no logra ver ningún atisbo
de la luna.
Él ve los fragmentos de su reflejo.
Cuando el monje salta al agua, la imagen en su superficie se destruye.
La chica se agacha, estira sus brazos hacia el libro y trata de alcanzarlo. El suelo bajo sus pies era suave y se hundía, y el agua era mucho más profunda de lo que parecía. La chica se cae en el agua y se ahoga. Esa noche no hubo luna alguna.
La luna ve al monje en el agua, leyendoel libro de oraciones.
La luna salta al agua para alcanzar al monje.
Se destruye.
Se separa.
Los fragmentos se esparcen en el agua.
El estanque está vacío ahora.
En el estanque vacío hay un libro.
Y un monje que está leyendo el libro.
Y la luna que está abrazando al monje.
Y una chica que está muerta.
Hace mucho tiempo…
Tú estás ahora. Tú estás aquí.
Texto original en inglés
Tawada, Y. (2002). «The Reflection». Where Europe begins. New Directions Book.
Fotografía de Terry Gray