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Leer MásEsa noche, como tantas otras, Lautaro decidió pasar por Morelos, su establecimiento de comida preferido. Una vez más, quería comer la especialidad del local: antojitos jarochos rancios y cerveza caliente que era imposible de tragar. Posiblemente el menú no sonaba para nada apetitoso, pero no había muchas opciones. Después de todo, era el único local…
Leer MásOlga Olivares despertó a las seis y media como cada mañana. Se levantó de la cama sin hacer ruido y caminó al baño. Al abrir la puerta, la deslumbró por un instante la pálida luz reflejada en los blanquísimos azulejos. Se acercó al lavabo y admiró en el espejo lo cuidada que mantenía su piel…
Leer MásLas cuatro de la mañana. Al borde de una de las ciudades más grandes del mundo comienza el día. Libertad se levanta contra su voluntad, molesta toma sus sandalias y su toalla para recibir agua caliente de la cabeza a los pies, media hora atrás su mamá preparó el baño, hirvió agua en una olla,…
Leer MásDe tantas veces que había trabajado con el agua, sus manos se habían vuelto casi casi transparentes, como si toda su fuerza se hubiese resbalado debido a las décadas en que se desgastaron lavando ajeno. Eventualmente, dejaron de contratarla. Aquella última vez, cuando le cerraron la puerta en su rostro, la mujer sintió de nuevo…
Leer MásTerminaría con su vida, estaba seguro. Reinaba el bien común. Sin propiedad, gobiernos, ni nada. Lucy se encargaba de todo: la vivienda, el medio ambiente, la reproducción, empleos, recreo y la muerte. Lucy era el resultado de la Guerra Final: un robot-computadora central conectado a la población mundial. Fidel, un enchufador profesional, con esposa e…
Leer MásEl misterio de su mirada siempre me ha parecido apenas un poco menos fascinante que el de su pequeño libro rojo. La conocí hace veinte años en la vieja Librería Internacional del Bulevar Saint-Germain. Hasta entonces había ido pocas veces a ese lugar, porque siempre preferí la impersonalidad corporativa de Gibert Jeune al carácter triste…
Leer MásRecuerdo aquel sábado que me encontraba recargada sobre el escritorio metálico, cerquita de la montaña de instrumentos y aparatos antropomórficos: un brazo por aquí, un ojo por allá, el recipiente giratorio, como una especie de barriga a medio llenar… Son las tres de la tarde y el postprandio hace sus estragos. Sigo pegada como lapa…
Leer MásDel diario de confesión espiritual de Sor Leonor de Buenaventura. Folio tercero. Al llegar al convento, en este año de gracia de 1611, me dijeron que cumpliría mis tareas en la cocina y, en el intento de servir a mis hermanas, me he esforzado mucho por realizar un buen trabajo. Inicié como ayudante. Ordenaba todo…
Leer MásAl Trevi, por ser escenario de tantas historias de amor. Desde niña siempre me había gustado el centro y del centro me gustaba el café Trevi. Durante muchos años lo observé; me llamaban la atención los colores rojos de sus asientos, las luces neón de sus anuncios y los grandes ventanales con los rótulos de…
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