Sin pensarlo mucho, me ofrecí para alimentar a Kepler y echarle un ojo de vez en cuando mientras Mónica se iba a trabajar. Incluso me dejó una copia de la llave de su cuarto. “Va a ser mío”, pensé maliciosamente. Lo alimento, lo llevo a mi cuarto un ratito para jugar con él y le…
Leer Más