Aimee despertó; sin muchas ganas, se arrastró fuera de su cama. Con más disciplina que ánimo, se puso la sudadera y pants con los que practicaba kata todos los días, y pese la poca cooperación del sol, salió a entrenar porque sabía que hoy era un día especial. El agua hirviendo de la regadera le regresó la…
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